miércoles, 17 de junio de 2015

Reportaje sobre perros turcos; un punto de vista revelador

En la web "Anatolian Shepherd Dogs International, Inc." se encuentran interesantes artículos sobre perros guardianes de ganado turcos (entre otras estirpes caninas de ese país), entre ellos uno publicado por Guvener Isik que tengo colgado en el listado del blog, y que trata sobre las tipologías de perros Yoruk y Kangal. Recientemente, este mismo autor ha publicado un reportaje que a mí me parece revelador en ciertos aspectos, y más que por el contenido en si, por las reflexiones que hace y las conclusiones a las que llega. El reportaje se basa en un viaje que realizó a una remota región turca llamada Agri, la cual describe con bastante detalle.

Situada en la parte meridional del sistema orográfico del Cáucaso (entendiendo como tal todo el conjunto montañoso, desde el Norte de Irán hasta la Federación Rusa), por estos lares se encuentra el monte Ararat (5.137 m.), además de otras muchas elevaciones que alcanzan los 3.000 metros. El carácter estepario de estas tierras no permite usos agrícolas, siendo los pastos el único aprovechamiento que ofrece.  Al contrario de lo que estamos acostumbrados a ver en países occidentales, son espacios abiertos vírgenes, sin vallas o cercas que pongan coto, aprisionen y resten libertad. El clima local es extremo, con temperaturas bajísimas en invierno y altas en verano. El autor comenta que todo allí está determinado o influido por este clima caucásico meridional, incluso las abejas, que son las autóctonas del Cáucaso y tienen una lengua más larga para poder alcanzar el polen de determinadas plantas, además de estar más adaptadas al frío.
El ganado ovino abunda allí. En Agri al parecer existen pueblos donde no se ven vehículos a motor, en ellos el medio de locomoción es el caballo, por lo que este animal es tan vital para sus habitantes como las ovejas.

En verano los rebaños suben a más de 2.900 metros en la cara Sur de los montes, donde se mantienen los neveros y se encuentra el pasto más fresco. Los perros se utilizan aquí para guardar las ovejas de los lobos -pues los osos rara vez las atacan-, pero en otros lugares de la región también guardan ganado vacuno. Las ovejas son de la variedad Morkaraman, y tienen un rabo grueso en el que almacenan grasa que les permite sobrevivir en tiempos de sequía.

Sobre los perros, el autor comenta que una gran mayoría son de pelo largo. Tanto las capas como las morfologías (en cuanto a dimensiones y estructuras corporales, cuellos, hocicos) son diversas, aunque sí menciona como rasgos más destacados las patas y huesos anchos, los troncos amplios y los pelajes densos. El grosor o la anchura se percibe así como una protección ante el frío extremo. La mayoría de los perros tienen una estructura corporal cuadrada. Así mismo, Isik afirma no haber visto ni un perro con los andares pesados propios de los perros de criadero. Apunta también que el pelaje no es lo único que hace a los perros resistentes al frío, sino además una determinada estructura y rasgos: carecen de labios colgantes, tienen hocicos más cortos, troncos más gruesos, cabezas más redondas, orejas y ojos más pequeños, colas espesas, cuellos gruesos con piel desprendida, y un pelo muy denso y largo alrededor de cuello y hombros. Los perros de pelo más corto tienen un pelaje tan denso que no deja ver la piel. Cuando leí esta descripción que da Isik, ha sido como si describiera a los mastines de aquí; incluso esa gorguera de pelo algo más largo que muchas veces distingo en los mastines de campo, también la menciona, y resulta que son todo adaptaciones al frío. Hay que entender que el autor está comparando estos canes con tipologías de aspecto más lupoide y de pelaje más liviano.

Isik compara cómo allí toda ayuda humana para el animal supone un factor de debilidad, en contraposición a la actitud que se tiene en Occidente con respecto a los canes. En nuestro mundo moderno, el ser humano antropocéntrico disfruta amparando y haciendo dependientes a los perros para sentirse bien consigo mismo, sin darse cuenta de que los infantiliza.
Estos perros tienen su propio aislamiento térmico natural, si no, no serían del Cáucaso. Uno de los factores que motiva la aparición de estos pelajes es que allí se ata a los perros en invierno. Un animal suelto puede encontrar refugio, mientras que un perro atado en un lugar donde no hay resguardo debe disponer de mejor aislamiento térmico que los lobos.

Las alzadas medias de estos perros son de 70-75 cm. para los machos y de 65-70 cm. para las hembras, siendo éstos los tamaños habituales en el lobo aunque al parecer se han abatido algunos ejemplares mucho más grandes. Según él, estas medidas son también extensibles a perros de otras regiones de Anatolia criados por ganaderos de ovino y caprino.
Según Isik, había algunos típicos "Cáucasos" entre los canes de la región, pero se pregunta ¿qué es un "Cáucaso" típico? como la mayoría de ellos eran de origen local y muy pocos procedían de Anatolia central, considera que podría ser un subtipo de "Cáucaso". Algunos se parecen a los antiguos perros de pelo largo de la región del Egeo, mientras que otros podrían ser descritos como típicos perros de Sivas, pero sobre todo no se trata de una población homogénea, no son los mismos perros. El autor piensa que tratándose de razas naturales, aborígenes, no es posible hacer distinciones cuantitativas, exactas. Uno no puede establecer unas medidas precisas, pero puede dar un intervalo de baremos. Tampoco los análisis de ADN servirían de mucho aquí; serían irrelevantes e intrusivos. Tanto las variaciones genéticas en la actualidad, como los diversos influjos debidos a las migraciones a lo largo de la historia, son parte de la caótica dinámica poblacional de las razas naturales.

Continúa el autor comentando el error que supone clasificar a los perros por sus capas -como suele hacerse según los cánones de la FCI-, y concluye que "si un perro de ganado puede vivir y trabajar en las condiciones de vida tradicionales sin recibir asistencia o amparo de su dueño, y en un clima y una geografía propios del Cáucaso, se trata de un Cáucaso. Pertenece a la tierra, merece ese título. Los que fallen en estas condiciones no son Cáucasos, no importa su árbol genealógico, su cuerpo o su tipo de pelo. La misma tesis es aplicable para un Yoruk o un perro de Anatolia central."
Comenta también al respecto: "¿sólo porque tenga plumaje, un ave es un ave aunque no pueda volar? Dedicar tiempo y atención a los deteriorados miembros de una población no es más que dar pasos atrás."

Isik afirma que en esencia y a grandes rasgos, los perros de Anatolia pueden clasificarse como Akkarraman o Morkaraman -dos variedades ovinas del país-, pues están vinculados a las ovejas, no pueden entenderse al margen del ganado.

Centrando de nuevo la atención en los perro de Agri, dice que son más agresivos y menos afables que los de otras regiones como Sivas -esto llama la atención a un profano como yo por la fama internacional que han cogido los Kangal como perros duros y bravos de temperamento-. Son reservados y precavidos. Dice también no haber visto ni un perro enfermo, y que se mantienen en buena forma a pesar de no recibir chequeos veterinarios como ocurre en Occidente, simplemente porque "viven en el medio correcto, son alimentados de forma tradicional, trabajan, y no se les tortura a base de intervenciones humanas". Esto funciona así sin necesidad de normas ni formulaciones.
Los perros están frecuentemente en el exterior también en invierno, puesto que se saca a las ovejas de vez en cuando para que se muevan y respiren aire fresco, además el perro que está en el exterior siempre ofrece una mejor protección que aquél que está siempre entre las ovejas, afirma. "No sufren de alergias o gripe; el suelo en el que duermen y el aire que respiran les vacuna".

A veces no es posible dar de comer a los perros en dos o tres días; esto ocurre cuando el rebaño se pierde al haber niebla o lluvia intensa, por ejemplo. Comenta que los perros de pelo largo aguantan mejor en estas condiciones de ausencia de alimento, y también ante el frío y la humedad.

"Los rebaños sufren bajas por los lobos especialmente durante el pastoreo, pero esto no preocupa mucho a los ganaderos al ser escasas. Allí no hay odio hacia el lobo. Ninguna pérdida importante es achacable a la ineficacia de los perros". Normalmente tres canes suelen custodiar rebaños de unas 200 ovejas.
"Los lobos comen perros, pero cuando los perros matan lobos, se los comen a su vez. La gente no acude a la Administración como niños desamparados quejándose al profesor cuando los lobos se han comido a sus perros. Los ganaderos de Agri tratan de mejorar sus perros y sus propias técnicas de pastoreo". Sin embargo, en los países "avanzados" lo que se premia es la vulnerabilidad, dice. "Al ofrecer ayuda, se penaliza la fortaleza y el orgullo y se alaba la debilidad. Los perros entonces se vuelven elementos decorativos folklóricos en las explotaciones, y sus dueños no pueden hablar sobre asuntos reales dado que éstos son ficción para ellos, así que inventan otros asuntos que tratar."

Como conclusión a su artículo, el autor expone que aunque desea conocer a fondo a estos perros, cualquier acercamiento, aunque sea para recabar información, es una intromisión. "Los Cáucasos de Agri estaban en su tierra ancestral y en ausencia de gente que tratara de mejorarlos. Para aquellos pastores no era difícil considerar a los perros como lo que son, perros, sin interferir, y permitiéndoles brillar."

Nada más que añadir por mi parte, simplemente decir que me parece un artículo brillante que invita a reflexionar sobre varios asuntos concernientes al mundo del mastín en particular y al mundo canino en general también. Dejo el enlace en el listado de artículos de interés, ésta es la dirección URL: http://www.anatoliandog.org/isik-010.htm